Cuando Let It Be se lanzó el 8 de mayo de 1970, The Beatles ya no existían como banda. Paul McCartney había anunciado su salida semanas antes, y el mundo aceptaba con tristeza el fin del grupo más grande de la historia. Sin embargo, este álbum no era una despedida planeada ni un trabajo en armonía: era el reflejo de una banda fracturada, envuelta en tensiones pero aún capaz de crear magia.
Las sesiones de grabación, inicialmente concebidas como un regreso a la esencia del rock en vivo, terminaron siendo un caos lleno de discusiones y desánimo. Sin embargo, de este proceso nacieron algunas de las canciones más memorables de The Beatles, junto con el legendario concierto en la azotea de Apple Corps, el último show de la banda.
A finales de 1968, The Beatles querían alejarse de la producción elaborada de Sgt. Pepper’s y The White Album. Paul McCartney propuso grabar un disco tocado en vivo, sin sobreproducción, y acompañarlo con un documental que mostrara el proceso creativo de la banda.
Bajo el título provisional de Get Back, el proyecto comenzó en enero de 1969 en los fríos estudios Twickenham, donde la falta de dirección y las tensiones personales comenzaron a hacer estragos.
John Lennon, cada vez más distanciado de la banda y bajo la influencia de Yoko Ono, parecía desinteresado. George Harrison, frustrado por la falta de reconocimiento, llegó a abandonar el grupo temporalmente. Ringo Starr se mostraba apático, mientras que Paul McCartney intentaba mantener la unidad, aunque sus intentos por liderar el proyecto generaban más fricciones.
Las grabaciones se trasladaron a los estudios de Apple, donde la atmósfera mejoró, pero el desánimo persistió. Al final, el material quedó archivado y The Beatles optaron por grabar Abbey Road en su lugar.
Después de la separación de la banda, John Lennon y el mánager Allen Klein entregaron las cintas a Phil Spector, famoso por su «muro de sonido». Spector transformó el álbum, agregando orquestaciones y coros exuberantes, especialmente en The Long and Winding Road, lo que enfureció a Paul McCartney.
Aunque el resultado final fue criticado, el disco sigue siendo una obra maestra con momentos sublimes.
A pesar del caos en su creación, Let It Be nos dejó clásicos inolvidables:
Let It Be, uno de los himnos más icónicos de The Beatles. Inspirado en un sueño donde su madre fallecida le decía «déjalo ser», Paul McCartney compuso esta balada llena de esperanza y consuelo, con uno de los solos de guitarra más emotivos de George Harrison.
The Long and Winding Road, una de las canciones más emotivas de Paul McCartney. Su versión original era más simple, pero Phil Spector la sobrecargó con cuerdas y coros, generando la ira de Paul. Aun así, sigue siendo un cierre perfecto para la carrera de la banda.
Get Back, un regreso a las raíces del rock and roll. Con un riff pegajoso y la participación de Billy Preston en el teclado, Get Backfue la última canción que The Beatles tocaron juntos en el icónico concierto en la azotea.
Across the Universe, una de las composiciones más profundas de John Lennon, llena de imágenes poéticas y una atmósfera casi etérea. Su letra, inspirada en la meditación, sigue siendo una de las más místicas de The Beatles.
I’ve Got a Feeling, una de las últimas grandes colaboraciones entre John y Paul, donde ambos unen fragmentos de canciones en un poderoso tema de rock.
Don’t Let Me Down (lanzada como single), una desgarradora declaración de amor de John Lennon a Yoko Ono, interpretada con una intensidad conmovedora en el concierto en la azotea.
El 30 de enero de 1969, The Beatles dieron su última presentación en vivo sobre el techo del edificio de Apple Corps en Londres. Tocaron por 42 minutos, sorprendiendo a los transeúntes hasta que la policía interrumpió el show.
El concierto incluyó Get Back, Don’t Let Me Down y I’ve Got a Feeling, y se convirtió en una de las actuaciones más legendarias del rock.
Décadas después, en 2021, Peter Jackson lanzó el documental The Beatles: Get Back, mostrando material inédito de estas sesiones y ofreciendo una nueva perspectiva sobre el proceso creativo del álbum.
En 2003, Paul McCartney supervisó el lanzamiento de Let It Be… Naked, una versión que eliminaba la producción de Spector y presentaba las canciones con su sonido original, más cercano a la idea inicial de Get Back.
Para muchos fans, esta versión es la mejor manera de escuchar el álbum tal como The Beatles lo imaginaron.
Más de 50 años después, Let It Be sigue siendo un testimonio del talento y la complejidad de The Beatles. Aunque fue un disco rodeado de conflictos, también contiene algunos de los momentos más conmovedores de la banda.
Es un álbum de despedida, un adiós lleno de nostalgia, pero también de esperanza. Y aunque The Beatles dejaron de existir como grupo, su legado nunca desapareció.
«Let it be, let it be… there will be an answer, let it be.»
¿Cuál es tu canción favorita de Let It Be, Across The Universe? Déjamelo en los comentarios.